La obra es colgante y tiene un nodo de donde salen todas las conexiones por medio de alambres, conexiones que constituyen a la obra como unidad, al llegar a los escaques del tablero.

Del alambre salen pequeños fragmentos de vidrios, reconociendo que, aunque la pieza es una unidad, la memoria se construye con elementos individuales que aportan a un mismo tema. Cada vidrio contiene un código QR y cada código guarda una planilla de una partida importante, esta planilla es una forma de contar la historia, no desde el historiador sino desde quien realizo la partida, de su puño y letra. Los ajedrecistas nos cuentan un suceso desde su experiencia, de cómo el afronta sus decisiones, utilizando el lenguaje ajedrecístico, en las que muestra su pasividad o agresividad. Las planillas se presentan como una analogía de la vida y la muerte, de la misma forma que un conjunto de decisiones genera situaciones complejas cuyo desenlace es la muerte, el jaque mate.